Un factor fundamental, ya que su experiencia no solo aporta conocimientos sólidos, sino también la destreza necesaria para enfrentar situaciones legales con éxito.
Facilita una conexión más cercana con el cliente, brindando un servicio adaptado a sus necesidades locales y una comprensión más profunda de su entorno legal.
Permite una conexión más humana y comprensiva, facilitando una representación legal que considere las necesidades emocionales y personales del cliente.